Tanto la sandía como el vino ofrecen beneficios para la salud, pero si se los mezcla, La combinación puede ser fatal. O no. Veamos si se trata de un mito o de una realidad.
Dicen que el vino estimula químicamente el nivel de arsénico de origen natural en la sandía, lo que es tóxico para el cuerpo. También se cree que el vino "cuaja" la sandía adentro del estómago y la convierte en una especie de "corcho" que bloquea la digestión y, así como así, te mata. Obviamente, no hay casos concretos que demuestren esta teoría, así que resulta muy dudosa.
Qué mejor que consultar a un barman experimentado para develar este misterio. Facundo Di Genova escribió el libro "El Barman Cinetífico", en donde afirma que combinar sandía y vino no produce ningún efecto. Siempre y cuando no se los combine a temperaturas superiores a los 40° C. A tales temperaturas se forma una molécula compuesta por el óxido nítrico de la sandía y la glicerina del vino. O sea, nitroglicerina.
¿Qué significa, que uno puede explotar? No, ni ahí. De hecho, se supone que esa nitroglicerina funciona como un estimulante sexual para hombres (algo así como un Viagra casero). Entonces, la conclusión es que la mezcla de sandía y vino sólo puede ser fatal para hombres que se excitan en demasía al consumirla y luego mueren teniendo sexo. Di Genova asegura que el mito de la fatalidad de dicha combinación fue lanzada por la Iglesia para evitar el descontrol y la lujuria. Vaya uno a saber.
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