domingo, 28 de abril de 2013

Elegí ser feliz

La felicidad es algo que nosotros mismos elegimos. No importa lo que ocurra a nuestro alrededor; la decisión de ser felices es exclusivamente nuestra. Todo muy lindo, pero ¿cómo se le dice esto a quien está pasando por una situación desesperante, como por ejemplo, quien ha perdido todo a causa de una catástrofe como un terremoto o una inundación?

Primero que nada, hay que tener mucha fe. Esto es tan fácil decirlo como difícil practicarlo. Pero la clave es creer, o mejor dicho, saber, que existe una voluntad superior (llamémosla Dios, Alá, Mahoma, Budha, Jehová, o si no nos cae bien ninguno de los anteriores, llamémosla simplemente Orden Universal) que está en todas partes y, particularmente, está ahí para ayudarnos. Si se perdió la fe, hay que recuperarla buscando alrededor señales de esperanza, que siempre las hay, aunque a veces hay que escarbar para encontrarlas. En cuanto logremos tener la fe necesaria, todo lo demás será cuesta abajo.

Segundo: no hay que pensar que estamos sufriendo un castigo. No hay que buscar culpables ni sentirnos culpables. Todo ocurre por una razón, pero no nos molestemos en averiguar esa razón. Aceptémosla y veamos lo que está a nuestro alrededor, dispuestos a trabajar constructivamente para resolver los problemas.

Tercero: hay que poner manos a la obra. No importa que hayamos perdido todo, siempre tendremos algo para dar, aunque más no sea una sonrisa, una palabra de aliento o una esperanza, por pequeña que sea. Ayudar a los demás equivale a ayudarnos a nosotros mismos.

Cuarto: hay que poner atención. En medio del aparente caos que nos nubla la vista, siempre habrá señales, sutiles pero ciertas, que nos guiarán hacia la salida. Ante una desgracia o una amenaza, hay que respirar hondo, serenarse, mantener la calma y observar. De esta forma encontraremos la punta del ovillo que nos permitirá desenmarañar los problemas aparentemente irresolubles. En cuanto tiremos de esa punta, las respuestas y las soluciones irán apareciendo una tras otra, el caos irá desapareciendo e imperará el orden.

Esa es la receta para mantener la felicidad en cualquier situación. Por que no es un loco quien mantiene la sonrisa aún en las situaciones más adversas. Es un sabio.

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