No hay un único universo. Hay muchos, quizás una cantidad infinita. Cada persona tiene su universo propio, creado por sí mismo.
Yo creé mi universo y todo lo que hay en él. Tú, que lees estas líneas, eres mi creación. Y yo, que las escribo, soy tu creación.
Todo lo que te rodea (lo bueno, lo malo, lo lindo, lo feo) es tu propia creación. No es una metáfora, es un hecho. Es la verdad.
Si algo bueno te sucede, no creas que tienes suerte. Eres tú quien hace que suceda, consciente o inconscientemente.
Si algo bueno le sucede a otro, no sientas envidia. Alégrate, pues eres tú quien hace que algo bueno le suceda a esa persona. No importa la distancia ni el tiempo. Tu universo se extiende desde el centro de tu alma hasta el infinito, y todo es tu creación.
Si algo malo te sucede, no culpes a la mala suerte, ni a tí mismo, ni a otro. Respira hondo y cubre de amor a lo malo que te sucede. Instantáneamente dejarás de verlo como algo malo. Por que nunca fue algo malo, sólo tú lo veías como algo malo.
El amor no es un sentimiento, es una fuerza creadora. Con amor hacemos que nuestro universo sea bueno, y con miedo (la fuerza creadora opuesta al amor), hacemos que el universo que creamos parezca malo.
La materia es una ilusión, al igual que el tiempo. Todo tu universo está creado con ideas. Si quieres que tu universo te agrade, piénsalo con amor.
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